“Estoy aquí para acompañarte y apoyarte a que logres tus objetivos”

No es solo mi profesión, es mi forma de entender el mundo.

¡Hola! Soy Estela Plaza, mentora y coach de mujeres y quiero apoyarte en las reflexiones y decisiones que rondan por tu cabeza.

Llevo 30 años dedicada en cuerpo y alma a que las mujeres podamos vivir dignamente y logremos alcanzar todo lo que nos propongamos sin limitaciones por parte de nadie.

Pero comencemos por el principio. Soy madrileña de nacimiento y, se puede decir que, desde el inicio, mi vida ha estado llena de pequeñas contradicciones que me han llevado a ser quien soy hoy.

La primera, me encantan los números (prefiero siempre un sudoku frente a una sopa de letras) y, ya desde el instituto, me decanté por la rama de ciencias puras. Sin embargo, nunca me imaginé realizando informes estadísticos, midiendo el ph de los alimentos o diseñando piezas de algún aparato tecnológico. Mi vida soñada estaba junto a personas reales. Y así lo hice.

Estudié en la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Comillas y convertí mi pasión por la gente en mi vida. Dicen que las profesiones más solidarias son las que hacen más felices a las personas y para mí es una gran verdad. Si volviera a nacer, volvería a hacer lo mismo.

Acompañar a las mujeres para mejorar sus propias vidas es, sin duda, mi gran proyecto vital

Me vinculé al mundo de las ONG desde el principio, especializándome en mejorar la vida de las mujeres.

He ayudado a mujeres vulnerables por su falta de estudios, por su salud física o mental, por vivir situaciones de violencia de género, o por ser discriminadas por haber nacido fuera de nuestras fronteras o ser integrantes de una etnia. También he trabajado con mujeres políticas, académicas, empresarias, maestras, periodistas y artistas.

Todas ellas, mujeres extraordinarias que cada día sacaron fuerza pese a no tenerlas y continuaron mejorando sus vidas y las de los suyos. Juntas recorrimos el camino.

En estos años, también he estado acompañada de las mejores maestras y compañeras que se podía tener.

Juntas hemos vivido de todo: alegrías, fracasos, miedo, decepciones, sabiduría, amor, estrés… En definitiva, toda una vida.

Con todo lo bueno, hace unos años decidí que el proyecto debía seguir adelante con nuevas líneas estratégicas y que yo debía continuar con mi labor en otro lugar. Nunca las olvidaré y siempre tendrán mi respeto por el trabajo que han realizado todas y cada una de ellas.

Y por si te lo estás preguntando…

Sí. Se puede abandonar tu forma de vida, en lo mejor de la fiesta, y comenzar un nuevo camino. Yo lo hice.

Y aquí viene la segunda de mis pequeñas contradicciones. Tras más de veinte años ejerciendo la dirección de mi equipo, decidí parar.


He pasado la última década formándome y estudiando para encontrar un nuevo espacio en el que acompañar y apoyar a las mujeres a que logren sus objetivos.

No es solo un trabajo, es mi forma de vida.

Aquí estoy, casada, con un hijo, cumplidos los 50 y con un proyecto en marcha para el que me he preparado toda mi vida y que me ilusiona cada mañana, Empoderata.

Un espacio en el que todas mis habilidades personales se ponen en juego. La empatía y la inteligencia emocional forman parte de mí, al igual que los valores en los que siempre he construido mi vida: el respeto, la justicia y la generosidad. Y todos ellos forman parte de Empoderata con un solo objetivo: ayudarte a lograr tus metas y no continuar todo el tiempo haciendo lo que se supone que debes hacer.

Empoderata es:

  • Un espacio de mujeres que nos reconocemos y nos aceptamos tal y como somos.
  • Respeto a ser diferente, a pensar y creer distinto.
  • Libertad de las mujeres para tomar sus decisiones sin ser juzgadas.
  • Empoderamiento real de las personas y los equipos.
  • Compromiso, honestidad y pasión por lo que hago y por las personas con las que trabajo.

Y quiero que formes parte de ello.