¿Cuándo pedir ayuda?
Es importante no llegar al límite

Muchas veces, a lo largo de mi trayectoria profesional, me han hecho esta pregunta. Creo que detrás de ella se esconde la idea de: “yo puedo con todo” o   «yo debo poder con todo”.

Cuando detectamos que a alguien que nos rodea le ocurre algo, accionamos el mecanismo del cuidado. Es el instrumento en el que nos han educado desde muy pequeñas. De este modo activamos, en mayor o menor medida, nuestras estrategias de búsquedas de soluciones para terceros. Esta es una habilidad increíblemente valiosa que hemos entrenado, pero que parece no funcionar cuando se trata de nosotras mismas.

 

La guardiana del sistema

El hecho de que todo lo que nos rodea esté bien, es algo que nos tranquiliza. Si nuestro contexto está en equilibrio, apenas reparamos en cuál es nuestra situación personal. Nos esmeramos en que si algo se desajusta seamos capaces de resolverlo. Cuando reina la calma en la vida de nuestras criaturas, parejas, familias, trabajo, amistades, …….. y todos los espacios que nos rodean, nosotras estamos bien.

Nos convertimos en un taller de reparación de hándicaps. A veces los problemas no han llegado y ya somos capaces de divisarlos. Así ya tenemos la autoridad de poner en marcha la máquina de soluciones y si podemos, evitar la mínima molestia o frustración a nuestro entorno. Esto pasa hasta que un día te enfrentas a tu propia realidad y piensas: ¿Quién se ocupa de mí?.

 

El día que te encuentras contigo misma

 

 

Hay un momento vital en el que empiezas a sentir que las cosas no son recíprocas y que la expectativa de: “hoy por ti, mañana por mí» no se cumple. Hay una circunstancia donde te sientes sola, desconectada de tu entorno, llena de contradicciones y con un proyecto personal desdibujado. Todo esto en el mejor de los casos.

 

 

El Ministerio de Sanidad *, en un informe de atención primaria, nos dice que: “el 15,8% de las mujeres adultas tienen trastornos del sueño. A partir de los 35 años, las pacientes acuden con síntomas/signos de ansiedad entre el 16 y 18% o que un 5,9% de las mujeres presentan trastornos depresivos hasta alcanzar el 12% a partir de los 75”.

 

En muchos casos, los problemas psicológicos tienen causas químicas y requieren de un abordaje desde la psiquiatría y/o la psicología. Pero a veces sostener en el tiempo los problemas nos pueden llevar a esa situación, ante la cual, no hay que retrasar en ningún caso la petición de ayuda. Las dos principales vías de abordaje son: el sistema público de salud, a través de la atención primaria, o el diagnóstico de los trastornos mentales desde profesionales que ejercen la psicología o psiquiatría de forma privada. En todo caso, ante esta situación es importantísimo iniciar el proceso.

Invertir en nuestro propio bienestar

Quizás el primer paso, pase por ser conscientes de la importante labor que tenemos si queremos alcanzar un mundo mejor y más justo para todas y todos. Con este post me gustaría poner de manifiesto que no hay que esperar, que los problemas no se resuelven solos y que, sin duda, debemos protegernos a nosotras mismas como lo hacemos con los demás.

 

Buscar en nuestro interior, descubrir proyectos, analizar los fantasmas, cerrar episodios vitales… Son cuestiones que no han de posponerse si se cuentan con recursos para poder hacerlo. Está claro que no siempre contamos con ellos, pero en muchas ocasiones invertimos en cosas que nos dan una felicidad pasajera o que son fruto de una presión social consumista.

 A veces hacer balances y análisis personales con la profesional adecuada, previenen problemas más graves o inversiones que en realidad no inciden de forma duradera en nuestro bienestar. Cuando accionamos el foco sobre nuestra vida, somos capaces de calibrar los esfuerzos y poner nuestros recursos, en el lugar que deseamos. No solo para los que nos rodean, si no hacia nosotras mismas. Si puedes, no llegues al límite, te costará mucho menos.

*Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de atención primaria. BDCAP-Series 2. Fecha del informe: diciembre 2020. Ministerio de Sanidad.