Siempre he dicho que, si volviera a nacer, repetiría. Estudiar trabajo social, dedicarme en cuerpo y alma a las mujeres y trabajar en la iniciativa social. Pero pese a esa convicción, la vida profesional pasa por diferentes etapas. Ver como se tambalean los cimientos puede ser una oportunidad.
De la reflexión a la acción
Recuerdo cuando estaba en la Universidad y que solo quería acabar para dedicarme a la práctica de la intervención. Entonces, todo me parecía demasiado teórico y no era capaz de ver la importancia del conocimiento y la reflexión. El origen y la fundamentación de una profesión social se convierte en los pilares sobre los que construir tu historia.
Esto es se podría extrapolar a cualquier profesión. Inicias tu primer contrato con la sensación de que muchas de las cosas que has estudiado no sirven para nada. Comienza el proceso de ensayo y error por falta de experiencia. Es lo que deseas con toda la motivación del mundo.