8 de Marzo:
¿Algo ha cambiado?

8 de marzo, día internacional en el que las mujeres del mundo salimos a la calle con el fin de reivindicar nuestros derechos. Cabe recordar que no es un día de fiesta, sino un día en el que alzamos la voz para decir que aún no tenemos las mismas oportunidades ni podemos ejercer iguales derechos.

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EL PAIS

A esta otra

Han pasado más de 40 años y parece un cambio espectacular de una imagen a la otra. La afluencia a la manifestación es distinta.

Yo celebro la implicación de tantas mujeres, y algunos hombres, en las calles de toda España. Parece que la igualdad ya es defendida por una gran parte de la sociedad, pero aún queda mucho. Lo que está por venir, es más sutil de lo que ya hemos alcanzado.

Ideas para la reflexión

A veces pienso si todas las personas que participan de forma activa conocen el verdadero significado del día. Cada cual acude al evento bajo un lema, un atuendo identitario y una ideología que defender.

He de reconocer que a veces me despista ver tanta fiesta, quizás recordando la presión e incomprensión que vivía al bajar por la calle Atocha a principios de los noventa. Pese a todo, sé que una manifestación es un espacio de libertad donde cada cual hace lo que le parece más oportuno.

Esa es en realidad la riqueza del acto, yo busco a las mías, a las que siempre han perseguido la igualdad de las mujeres de la misma manera. Aquellas con las que, año tras año, coincides y a las que abrazas con un profundo sentimiento de pertenencia.

Ir detrás de la bandera de la igualdad parece estar en auge. Esto sería maravilloso si la finalidad de quienes la emplean fuera la consecución de la verdadera justicia social para las mujeres. Quienes llevamos algunos años en esto, sabemos que no es así. Tenemos que analizar con mucho detalle lo que se esconde detrás de términos como la igualdad, el feminismo, los derechos sociales….

Un 8 de Marzo cada día

Los avances de las mujeres en el mundo siempre traen consigo mejoras a toda la sociedad. En realidad, nunca hemos avanzado solas.

La igualdad, para ser real, debe incluir aspectos no solo estéticos, sino también éticos. Me explico: la acción de participar en los eventos de reivindicación, junto a toda la simbología que le acompaña, ha de ir unida a la ética de los valores de igualdad. De no ser así, el posicionamiento quedará en un mero gesto del que nos olvidaremos al día siguiente.

Cada 365 días, hay un 8 de marzo, pero para que el mundo de las mujeres cambie, avance y mejore, todos los días podemos hacer algo en nuestro micromundo familiar, laboral o de amistad. Quizás el primer paso, pase por ser conscientes de la importante labor que tenemos si queremos alcanzar un mundo mejor y más justo para todas y todos.

Este trabajo no nos corresponde exclusivamente a las mujeres, aunque bien es cierto que nosotras nos jugamos mucho en ello. Este año me gustaría que todas recordemos a nuestras antecesoras, gracias a las cuales hemos nacido con derechos. Yo así lo haré.