El momento vital de las Mujeres 50+
Comienza nuestra segunda vida

Unos años antes o después de los 50 años, la necesidad de cambiar de rumbo aparece en nuestra vida, aunque adopta diferentes caminos. Comenzar a tomar decisiones urge con más fuerza que nunca. Divorciarse, cambiar de trabajo, cuidar el cuero o el alma, viajar o bailar, son algunas de las cosas que se hacen presente en esta etapa vital.

 

Sentimos con bastante claridad que deseamos abandonar el rol de cuidadoras para dedicarnos tiempo, por fin, a nosotras mismas. Nos despedimos definitivamente de la juventud con lo que esto supone (no olvidemos el edadismo que existe en nuestra sociedad). Comenzamos a sentir la necesidad de soltar cosas y personas que no nos hacen bien. Decimos adiós a la complacencia, a quedar bien, a la diplomacia y comenzamos a decir lo que sí y no queremos hacer.

Cambiar de vida a los 50

Es muy frecuente que quienes nos rodean sientan que un tsunami va a hacer su aparición cuando analizan nuestra conducta. Nos notan distintas, menos complacientes y sumisas. Ponemos los puntos sobre las íes sin miedo a que las relaciones se rompan. Sentimos que el tiempo se acaba y que no debemos perderlo, que ya hemos dado suficiente. El desequilibrio que provoca nuestro nuevo posicionamiento asusta a nuestra pareja, amistades, superiores, compañeras/os, familia, etc.

 

 

 

En esta situación, es importante tener tiempo para reflexionar, marcar tu proyecto vital y no hacer saltar todo por los aires. Debemos comenzar con táctica y estrategia para ir transformando las cosas desde dentro, no empezar dinamitándola toda y luego buscar lo que queremos. Es cierto que hay mujeres que viven en verdaderos infiernos y que solo pueden empezar si antes han hecho una ruptura radical. Bravo por ellas.

 

 

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Vidas perdidas

En el otro extremo, mujeres tristes, apagadas o resignadas. Mujeres que saben que no están viviendo la vida que desean, pero que creen que ya no hay nada que hacer. Nadie debe asumir que su vida está perdida, independientemente de la edad que tengan.

 

Comenzar la transformación puede ser complicado. Es más fácil empezar por lo sencillo para llegar a lo complejo. Tomar un café con alguna amiga, acudir a un taller para mujeres o buscar lecturas de crecimiento personal, pueden ser el punto de partida. No olvidemos que el cambio más importante es el que se produce dentro de nosotras, aunque en apariencia parezca que somos las mismas de siempre.

 

No aislarse es fundamental, no estar sola. Para ello es bueno activar todas las relaciones con las que contamos o crear nuevas en nuevos espacios. Este tema se merece un análisis pormenorizado al que prometo dedicar un blog.

Táctica y estrategia

A los cincuenta estamos en el mejor momento del resto de nuestra vida. Asumir que ya no somos las mismas es el primer paso para marcar nuestro futuro. Analizar los factores que forman parte de lo que queremos, priorizarlos, ver los caminos para lograrlos, son algunas de las reflexiones por las que debemos comenzar. No podemos llenar la mochila de piedras, ya que dificultarían mucho el camino. Llegar a identificar un solo aspecto, el esencial, es clave. Al resto, basta con no mirarlo hasta que sea el momento oportuno.

Así, paso a paso, podemos ir vinculándonos a los lugares donde queremos estar, aunque para ello tengamos que olvidarnos de elementos que nos han acompañado toda la vida. Cuando el cambio comienza, lo sientes y alimentas tus fuerzas para ir a más. Hay que encontrar el momento y la determinación de disfrutar lo que está por venir.

No tires la toalla,
solo tenemos una vida.